viernes, 7 de diciembre de 2012

Capitulo 7 de Alys: Jack

    Alys cayó enamorada de ese chico. Era guapo, con ojos castaños, pelo moreno y piel canela. Su sonrisa era amplia y bonita, sus dientes blancos cual marfil, aparte, simpático y cariñoso como una ardilla, pero astuto como un águila.
-Y.... emm.... bueno, tengo que irme con mi amiga, adiós- Dijo Alys con timidez.
-Vale, espera, antes de nada, dame tu teléfono- Dijo él.
-Emm... no tengo, estudio en Alfea, allí me puedes encontrar siempre, soy la rubia jeje-
-Vale, adiós- Se despidió Jack.
    Alys sentía el aire mas perfumado y sentía como volaba por dentro, eso era el amor. Si queréis saber mas, os contare. Un día de esa semana, el chico, Jack, le pidió salir a Alys. Desde ese momento, Alys y el empezaron a salir una, y otra, y otra vez. Tenían muchas cosas en común, ambos compartian los mismos gustos en música, les encantaba hacer el tonto por todos lados y contar chistes. Un día, los dos quedaron en ir al barranco, lo cual era una de las cosas mas románticas que se podían hacer en Magix.
-Oye, eres un hada, se supone que puedes volar, ¿No?- Preguntó Jack
-Emm... no, no puedo-
-O_O ¿Como que no puedes? Eres un hada-
-Ya pero... eso no tiene nada que ver,  no he volado casi nunca, y la ultima vez que lo hice, no lo hice bajo mi conciencia- Dijo Alys excusándose
-Pues probemos, transformate- Exigió Jack
-Tampoco lo hago bajo mi conciencia jeje :$- Dijo Alys
-Probemos con esto.....-
    En ese momento, Jack agarró suavemente la mano de Alys, y entonces un halo de luz envolvió a Alys. Se había transformado.
-Ahora, cada vez que necesites tu poder, piensa en mí- Dijo Jack- Ahora agárrate a mi- Ordeno él
    Entonces Jack, muy atrevido y valiente saltó del barranco con Alys de la mano, y extrañamente, él empezó a volar.
-Pero... ¿Pero como lo haces?- Preguntó Alys
-Lo hago desde pequeño, es una habilidad, venga, ahora tú, mueve esas alitas tuyas-
-Pero no puedo, ¿O no lo ves?-
-Venga, confió en ti, no lo olvides-
  Y entonces, la pequeña hada empezó a mover sus alas. Los dos volaron hasta el crepúsculo, y en medio del atardecer, los dos compartieron un apasionado primer beso. Fue como si doscientas mariposas les atravesaran suavemente por el cuerpo. Al volver a Alfea, los dos se dieron cuenta de que hicieron bien al pasar el día fuera de Alfea, fue una sorpresa muy aterradora-

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